21 de junio de 2009

ENSALADA DE VENTRESCA, JUDIAS Y PATATA

Uno de los condicionantes de la cocina de los pueblos es el calor. El calor produce importantes cambios en nuestra rutina diaria y el hecho de tener que preparar la comida llega a convertirse en una carga que nadie quiere asumir. La inapetencia es típica de estas fechas y nuestro organismo prefiere productos frescos y con gran cantidad de líquido que nos reponga el que perdemos con la transpiración, a guisos u otros alimentos grasos con alto contenido calórico. Como afortunadamente la huerta valenciana y murciana nos suministra gran cantidad de productos que encajan a la perfeccion con las necesidades alimenticias estivales (lechuga, patata, judias, tomates, etc), hoy vamos a preparar una ensalada que creo gustará a todos.

Para 4 personas

2 latas de ventresca de atun
4 patatas
2 tomates maduros
2 cebollas pequeñas y tiernas
½ kg de judias verdes
Aceite de oliva
Vinagre
Pimienta
Sal
10 hojitas de menta

Primero que todo pondremos a hervir con agua y sal las patatas, limpias de tierra y con su piel, en una cazuela durante unos 20 ó 25 minutos. Mientras cortar las puntas, trocear las judias y cocerlas durante unos 10 minutos en agua hirviendo a la que habremos añadido un buen chorro de aceite de oliva y un puñadito de sal. En el mortero prepararemos un aliño con la menta picada, la sal, un poco de pimienta y un buen chorro de aceite. Es hora de picar los tomates en cuadritos pequeños (yo antes los he escaldado y pelado). Pelar y picar muy finamente la cebolla y dejarla en un bol con agua y un chorrito de vinagre un rato para que no pique en exceso. Una vez cocidas judias y patatas, sacarlas del fuego, dejar enfriar las segundas y meter las primeras en un bol con agua con cubitos (asi nos quedaran enteras y verdes). Es hora de montar el plato. Cogemos una bandeja plana y cubriremos el fondo con las patatas peladas y cortadas en rodajas de un centímetro aproximadamente. Preseguiremos con las judias escurridas, el tomate, la cebolla y los trozos de ventresca. Finalmente regar todo con el contenido del mortero y dejar enfriar un rato en la nevera.

1 comentario:

Pascual Rosser Limiñana dijo...

Umm, ¡que pìnta tan buena tiene!. Está para comérsela. Un abrazo.